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PREVENCIÓN Y RECOMENDACIONES EN LA FASCITIS PLANTAR

La fascitis plantar consiste en una inflamación de la zona de inserción de la fascia plantar en el calcáneo (el hueso del talón), localizada en la planta del pie. Suele generar dolor agudo tipo pinchazo, quemazón o tirantez en la planta del pie, cerca del talón, con dolor irradiado, a veces, a la parte anterior del pie, al arco interno o a la parte posterior del talón; que en ocasiones imposibilita caminar correctamente.

Es una afección relativamente habitual, vieja conocida de muchos de nosotros. Por eso, hoy vamos a ver cómo prevenir su aparición.

En primer lugar, debemos destacar que existe una íntima relación entre las fascia plantar, el tendón de Aquiles, y por extensión; el músculo sóleo. Esto se debe a que son buenos compañeros de trabajo, o lo que es lo mismo, funcionan en sinergia. Cada vez que el sóleo se contrae, transmite, a través de su fascia; tensiones a la fascia plantar. Entender esto es fundamental, porque de esta forma, ya podemos presuponer que un mal funcionamiento del sóleo, como una contractura o un acortamiento, favorecerá un aumento de la tensión en la fascia plantar y por ende; la predispondrá a padecer microroturas, que provocarán a su vez la posterior inflamación de la fascia, y como consecuencia; el dolor.

De esta premisa se desprende que, mantener un buen estado de nuestros gastrocnemios en general, y de nuestros sóleos en particular, nos prevendrá de la aparición de la incómoda y dolorosa fascitis plantar. Descargar, por tanto, cada cierto tiempo, nuestros sóleos con masaje, a fin de eliminar contracturas, puntos gatillo miofasciales, acortamientos, retracciones, etc. será una buena manera de evitarla. Asimismo, y en el caso de ser deportista, será conveniente realizar un mantenimiento periódico general de los miembros inferiores, con descargas de piernas, en especial antes y después de la realización de alguna prueba específica.

En segundo lugar, debemos entender que el mantenimiento de la posición en bipedestación, esto es, de pie; también podrá favorecer la aparición de la fascitis por sobrecarga de todo el sistema. Por ello, reducir los tiempos prolongados en bipedestación en la medida en que esto sea posible, cambiar de posición cada cierto tiempo, caminar un poco entre periodos prolongados de bipedestación, etc. puede ayudar a limitar la aparición de la fascitis plantar.

Por otra parte, realizar masajes suaves con cremas o aceites en la planta del pie al llegar a  casa o antes de irnos a dormir, en especial, tras los mencionados periodos prolongados de bipedestación o esfuerzo; pueden reducir la tensión sobre la fascia plantar y reducir así el riesgo de fascitis. De la misma manera, realizar masajes suaves con frío sobre la planta del pie, puede ayudar, disminuyendo la inflamación que se haya podido producir sobre la fascia y reduciendo el dolor, gracias al efecto del frío. Algunas veces, puede ser necesario profundizar un poco más con el masaje, en cuyo caso, el uso de una pelota de tenis para tal fin, puede sernos de ayuda.

Finalmente, es importante entender que estos consejos sólo son útiles en sentido preventivo. En caso de que la fascitis ya haya aparecido, estas medidas pueden no ser suficientes y será necesaria la valoración y el tratamiento por parte del fisioterapeuta, previo diagnóstico por parte de nuestro médico.

De Antonio Javier Trujillo [Fisioterapeuta y Osteópata]