PALOMITAS Y ACCIÓN… ‘1917’
El virtuosismo de esta magnífica e impresionante película de Sam Mendes (American Beauty) es comparable al de la memorable Salvar al soldado Ryan (1998). Prácticamente desde el primer minuto atrapa completamente la atención del espectador al proyectar con apreciable intensidad la tensión constante a que se ven sometidos sus protagonistas, convirtiéndose en toda una experiencia. Su extraordinaria realización aprovecha a la perfección el potencial de una aventura singular, con connotaciones épicas y fondo emotivo, que no da respiro hasta el final (y, aun así, al acabar la proyección muchos seguirán absolutamente obnubilados).
Tras la sangrienta batalla del Somme, el general Erinmore encomienda a los jóvenes cabos Schofield y Blake una misión altamente arriesgada: deberán atravesar territorio enemigo y llegar a la vanguardia de las tropas británicas con la orden de detener el ataque que están preparando. Desconocen que los alemanes, lejos de retirarse como parece, les han tendido una emboscada. Si no lo consiguen 1.600 hombres podrían perecer. Lograr su objetivo se convertirá en una peligrosa carrera contrarreloj.
Atendiendo solamente a la sinopsis, puede antojarse que estamos ante un relato sencillo y previsible; sin embargo, sus méritos comienzan en la propia historia, que hace del recorrido de ambos personajes una continua sucesión de impactantes y sorprendentes imprevistos. Además, adoptando esa perspectiva particular acierta a la hora de esbozar una panorámica ilustrativa de la terrible y cruenta guerra de trincheras que se libró en Europa. Pone la guinda el hecho de que el hermano de uno de los soldados forme parte del batallón al que va destinado el mensaje, lo que permite incorporar una dosis de sensibilidad que aflora en los instantes oportunos.
Por otro lado, la sensación de que todo el rodaje se haya realizado con apenas dos o tres planos secuencia (aunque realmente se recurriera a más tomas) refuerza el carácter inmersivo de la puesta en escena. Ello requiere unos esfuerzos dignos de reconocimiento que pasan por una precisa sincronización, ensayos previos y la resistencia física de los actores. En ese aspecto los diferentes apartados rinden al máximo nivel, a los que se suma una eficaz banda sonora de Thomas Newman.
Sus intérpretes principales: Dean-Charles Chapman (Juego de tronos) y George MacKay (El secreto de Marrowbone) superan con sobresaliente el reto y las elevadas exigencias de sus papeles. Se unen en momentos puntuales: Colin Firth, Mark Strong y Benedict Cumberbatch, dentro de un amplio elenco impecable incluso en los roles con menor participación.
Redacción queenmalaga.es
José Antonio Díaz