Colaboraciones

PALOMITAS Y ACCIÓN… ‘BAD BOYS LIFE’

La tercera entrega de la saga Dos policías rebeldes cumple plenamente con las expectativas de evasión y diversión. Evidencia el trabajo realizado por sus guionistas a la hora de rentabilizar el tiempo transcurrido desde la última colaboración de sus protagonistas, en 2003. El cóctel de acción y humor funciona perfectamente y acierta al incorporar unos personajes que le dan un agradecido matiz novedoso y una mayor dimensión a las peripecias de estos ya maduros Bad Boys.

Marcus acaba de ser abuelo y se dispone a jubilarse, e intenta convencer a su colega de que siga el mismo camino. Ese panorama cambia cuando el cabecilla de un cartel mexicano asesina a sangre fría a varias personalidades al servicio de la ley. Las víctimas están relacionadas con el caso de un narcotraficante fallecido en el que intervino el detective Mike Lowery, objetivo principal de este sicario resentido. Con la ayuda de una unidad de élite, los veteranos policías intentarán capturarlo, una misión que se irá complicando.

La secuencia que acompaña a los créditos iniciales constituye toda una carta de presentación de lo que depara este trepidante film. Los tiroteos, las persecuciones motorizadas y los enfrentamientos singulares responden a unas coreografías bien calculadas que proporcionan unas imágenes espectaculares. A ese apartado se suman puntualmente los cuatro miembros del equipo especial con quienes esas escenas ganan en intensidad. Además, se sirve hábilmente del grupo de jóvenes especialistas para dar cabida a las nuevas tecnologías en sus operaciones.

La parte cómica vuelve a resultar esencial en la vertebración narrativa. En esa parcela recurre, como corresponde, a ironizar sobre la edad de los agentes y a referencias familiares.

La resolución responde a cuanto cabe esperar, pero antes de alcanzar el consabido desenlace explosivo la trama sorprende con circunstancias difícilmente previsibles y justificadas con argumentos aceptables.

Will Smith y Martin Lawrence tiran de su consolidado carisma y recuperan la química que sostuvo el éxito taquillero de las películas anteriores. Aportan también participaciones destacadas las actrices mexicanas Kate del Castillo y Paola Núñez.

Michael Bay cede el testigo a los solventes directores belgas Adil El Arbi y Bilall Fallah, aunque continúa estando muy presente (hay que fijarse).

Se ha de advertir que al principio de los títulos de cierre se abre la puerta a una secuela, en lo que supone el único fragmento añadido tras el final.

Redacción queenmalaga.es

José Antonio Díaz