PALOMITAS Y ACCIÓN… ‘LA INOCENCIA’
La sencillez y frescura de esta agridulce historia de adolescentes transcurre con una naturalidad que hace de la ópera prima de Lucía Alemany un grato descubrimiento. La directora novel había trabajado anteriormente en El olivo (2016) y recupera la impronta formal de aquella, especialmente en la luminosidad que insufla a muchas de sus secuencias. El resultado es una película actual, imbuida de un agradecido aire costumbrista, en torno a cuyo conflicto podrán confrontar pareceres padres e hijos, pero que por su ambientación disfrutarán igualmente los nostálgicos, porque los veranos de nuestros pueblos no han cambiado demasiado con el paso del tiempo.
Lis, una quinceañera que sueña con ser artista de circo, pasa las vacaciones estivales con las amigas, entre verbenas y procesiones, además de quedar ocasionalmente con un chico, algo mayor que ella. Choca constantemente con su padre, chapado a la antigua y que no ve con buenos ojos a su pareja ni su proyecto de vida. Sin embargo, la ingenua felicidad de esos días dará un vuelco debido a un imprevisto que podría echar al traste todos sus planes.
Uno de los méritos del film en los compases iniciales reside en que, sin esbozar argumentos de enjundia, proyecta suficiente encanto para meternos de lleno en el relato. La agilidad con que discurre y presenta a los personajes se percibe con cercanía, si bien los más jóvenes muestran una caracterización mejor trabajada que los adultos, un tanto esquemáticos, aunque cumplen su cometido.
Dentro del realismo que evidencia de principio a fin, sabe transitar sin estridencias prácticamente de la comedia al drama. En esa parcela, el guion se preocupa por perfilar el choque generacional sobre el que se asienta su desarrollo, y donde convergen diferentes perspectivas perfectamente asumibles. A partir de ahí genera una tensa angustia que termina resolviéndose de manera justa y sin artificios.
Los apartados técnicos rentabilizan los espacios en los que se sitúa la acción, convirtiéndose en un elemento narrativo determinante en distintas escenas.
Por otro lado, sorprende que el peso de la obra recaiga en un elenco de actrices debutantes que exhiben una soltura loable, comenzando por su protagonista: Carmen Arrufat, quien da la talla respondiendo a las exigencias de su papel sin perder la cara ante sus veteranos compañeros de reparto, dos actores que demuestran el oficio que tienen reconocido: Laia Marull y Sergi López.
Redacción queenmalaga.es
José Antonio Díaz