Colaboraciones

FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN

En Enero de este año, sábado 19, se celebró la ceremonia de los premios Feroz en Bilbao  un sábado y al día siguiente había  Tamborrada en San Sebastián, el día grande de los donostiarras,  y ni me lo pensé,  coche y para Donosti, la ciudad me recibió con un día  bastante desapacible, lluvia y viento, pero que importaba eso, cuando estaba en una de mis  ciudades favoritas, ya ha llovido, cuando la conocí allá por 1982 y me cautivo, el año que la Real Sociedad gano la Liga, en el viejo atocha gracias a un portero que me dejo entrar empezado el partido tuve la suerte de ver el encuentro en directo en el mismo estadio detrás de una de las porterías, sin importarme que una de las columnas me quitara visión, era el segundo campo que visitaba, solo conocía  mi estadio de la Rosaleda en Málaga,  y desde entonces me hice también de la Real  con mis recuerdos me  encamine hacia la parte vieja, donde mis pies me llevaban al cine Principal caminando rápido, para llegar a tiempo a ver una película, hasta que caí en la cuenta que no llevaba la acreditación colgada del cuello, ni que era septiembre, me sentía un poco extraño, era la primera vez que  no veía  las  alfombras rojas, ni grandes carteles anunciado películas, ni vallas, pero lo que me encontré fue miles de personas vestidas de cocineros, militares franceses, aguadoras, al ritmo de tambores y barriles, una fiesta que se vive en la calle durante 24 horas, y al ritmo del sonido, me llevaron a Gross, a Amara, haciéndome participe de sus desfiles, y descubriendo una San Sebastián que no conocía, y que me dejó muy gratamente sorprendido.

Cuando he vuelto, a los 9 meses, sigo sintiendo ese cosquilleo cuando vas mirando desde el coche la carretera, esta todo verde, bosque, y al pasar por el ultimo túnel, aparece repentinamente el barrio de Amara, sus edificios, sus calles, al llegar al centro, vuelvo a escuchar el sonido de tambores y barriles, hay tamborrada, por sus calles, esta vez por un reconocimiento, al fondo veo los carteles y las vallas, y sonrió si, va a empezar la 67 edición del festival de cine, doy las gracias  un año más, a pesar de mi maltrecha espalda.

Con la acreditación  que me acompañara durante los 10 días, aguardo cola, una cola kilométrica, la  ciudad vive su festival como ninguna, en la puerta del Kursaal, el llamado el K1,  a ver  la película de inaguracion, BLACKBIRD   (La Decisión), un drama familiar americano,  una mujer (Susan Sarandon, con una enfermedad degenerativa, que reúne a toda su familia para despedirse de la vida, un remake de una película noruega dirigida por BIll August, titulada  Corazón Silencioso, que fue premiada en Donostia en 2014  durante su metraje hay sonrisas, lagrimas  hermanas enfrentadas, y como en todas las familias, secretos inconfesables rodada en una casa extraordinaria junto a la playa. Un film digno para comenzar, es divertida, emotiva, dentro de la dureza, una combinación de la risa al llanto, y cada escena es un ejercicio de lucimiento para todo el elenco del reparto. Recomendable.

La segunda película de la mañana, inspirada en hechos reales, SEBERG, cuenta la historia de la estrella e icono de la Nouvelle Vague, Jean Seberg interpretada por  Kristen Stewart que a finales de los años 60 fue objetivo del programa ilegal de vigilancia del FBI, y sobre todo el efecto psicológico que aquel sistema de vigilancia tuvo, no solo Jean también el propio agente, se me ocurren otras muchas maneras de contarla para conectar con el espectador, que no sea tan facilona, enfrentando a buenos y malos, a dos modelos de sociedad, una película correcta de un artista destinado a la fama y aplastada por la notoriedad. 

La tercera del día es la  mexicana MANO DE OBRA de la Seccion Oficial, nos cuenta la historia de Francisco y un grupo de trabajadores de la construcción para levantar una casa de lujo. Tras la muerte accidental de su hermano en la obra Francisco se entera de que su cuñada no va a recibir ninguna indemnización, y a partir de la injusticia, decide hace justicia a su manera, al toparse con la indiferencia la desidia y indiferencia, de la burocracia y la corrupción, una película humilde, que va desembocando en turbia y incomoda, en otras simplista y previsible, que engrandecen a su director en su opera prima  David Zonana. Se merecía algún premio, aunque al final se ha ido de vació,  un director a seguir.  

Y las dos últimas, del día una en la  Seccion Oficial  dirigida por Alejandro Amenabar, MIENTRAS DURE LA GUERRA, en España en el verano de 1936. El célebre escritor Miguel de Unamuno decide apoyar públicamente  la rebelión militar que promete traer orden a la convulsa situación del país. Un apoyo al alzamiento militar, de lo que luego se arrepintió. Muy bien ambientada, y un Unamuno a la que pone voz Karra Elejalde, y con  escenas como la discusión retorica con su amigo y profesor de literatura antes de que lo detengan, y la cumbre, el enfrentamiento público con MIllan Astray, en el paraninfo de la universidad, «venceréis pero no convenceréis» y la respuesta del golpista «Muera la Inteligencia» «Viva la muerte», reflejaba la contradicción entre la cultura y el fascismo. Todo un cóctel para reflexión sobre un país condenado a dibujar fanatismo, un relato duro y vergonzante. Una obra necesaria que forma parte de la memoria de nuestro país. Una parábola de los dos España, la del 36 y la de 2019. No se trata de  vencer sino de persuadir, ponerse de acuerdo, ganar al odio, si a una bandera le quitas el color solo es un trapo. Rodada con  mucho oficio, una obra personal del director. Una película que no ha dejado indiferente ni a critica ni a público. 

Y la ultima del día  en la Sección Perlas, THE LIGHTHOUSE  (EL Faro), en una remota isla de la costa de Inglaterra, dos fareros están atrapados y aislados debido a una tormenta  que no tiene fin, y en el que ambos  tendrán un enfrentamiento que irá a mas, a medida que se fraguan las tensiones entre ambos, y unas misteriosas fuerzas, reales o imaginarias parecen apoderarse de ellos. La segunda película de Robert Eggers (La Bruja) y con dos protagonistas Robert Pattinson y Willlen Dafoe,  rodada en blanco y negro y en formato 4.3, con una textura que me recuerda a las películas del cine mudo, lo que al principio es una contención  después es una locura, a la alegoría, locura metal y metáfora visual, con un montaje que no lleva ninguna línea, y que va derecho al abismo,  llegando a un momento de la película que es una orgía de borracheras con bailes incluidos, confesiones, todo es muy grotesco, sobre-actuado, desquiciado, que parece no tener fin. que agota al espectador, a mi me decepciono, para otros lo mismo es una genialidad.

José Antonio Díaz | Redacción queenmalaga.es