Colaboraciones

PALOMITAS Y ACCIÓN… ‘EL REFLEJO DE SIBYL’

Cuesta entrar en los recovecos del juego psicológico que propone este melodrama en clave femenina, cuyas notas eróticas terminan por convertirse en el apartado mejor tratado. La historia se contagia demasiado de los dilemas, insatisfacciones e inseguridades de sus protagonistas y el guion arriesga con una propuesta que no cuaja ni alcanza a transmitir aquello que supuestamente pretende.

Sibyl, una reputada terapeuta y madre de familia, decide súbitamente abandonar la profesión y dedicarse a su verdadera vocación: la escritura. No obstante, sus perspectivas se ven trastocadas al recibir la llamada de Margot, una actriz embarazada de su compañero de reparto en pleno rodaje, con el agravante de que éste tiene pareja: la directora de la película. A medida que se involucra en el caso encontrará sustanciosos argumentos para su novela a la vez que destapará los recuerdos sentimentales de una pasión imborrable.

Además de la brusquedad con que cambia de una escena a otra prácticamente desde la introducción, la trama flirtea en muchos momentos con los contenidos propios de un folletín que falla en la articulación narrativa.

Afortunadamente, hay determinadas parcelas que funcionan y evitan un peor resultado. Al margen de los pasajes tórridos, la caricatura de la filmación en Estrómboli, pese a antojarse completamente increíble, insufla unas gotas de frescura. Tampoco tienen desperdicio, en un tono bien diferente, las sesiones de terapia con un niño alrededor de un Monopoly.

Su tibia resolución destapa algunos secretos sin estridencias y pone un broche que casa con cuanto le precede.

Nada se puede reprochar a las intérpretes que intentan mantener el interés sobre ese complejo entramado de reflejos emocionales. Virginie Efira (Pastel de pera con lavanda) y Adèle Exarchopoulos (El bailarín) se implican en sus personajes sin acabar de limar los ribetes estridentes que les acompañan; aunque curiosamente quien capta mayor atención cuando interviene es Sandra Hüller (Toni Erdmann) ejerciendo de una temperamental cineasta.

Redacción queenmalaga.es

José Antonio Díaz